Aviso a navegantes: este artículo puede herir la sensibilidad del lector.
Le dije a mi marciano favorito que deberíamos salir una noche a ver mundo o, mejor dicho, a ver la Barcelona nocturna y le propuse ir a algun espectáculo del Paralelo. Le dejé una camisa blanca y pantalones tejanos ajustados. No sé pero me pareció que tenía dos “rabos” (o sea, pene y cola) pero como me pareció de mala educación preguntarle me callé, sin saber que ESA particularidad iba a darnos la noche. El Paralelo ahora está lleno de cafeterías y restaurantes y teatros pero hubo un tiempo en que era un barrio oscuro, mal iluminado, lleno de cabarets de tercera, teatros de segunda, puticlubs de primera donde se hacinaban todas las clases sociales y todas las ideologías.
“Republicanismo, socialismo y anarquismo se expanden por la ciudad y a menudo tienen un punto de encuentro en los teatros donde a veces se realizan mítines por la mañana y espectáculos por la tarde y por la noche”. (del catálogo de la exposición en el CCCB 2013)
Había abierto como vía urbana en el año 1894 nacido en el ensanche de la ciudad de Cerdà y a todos nos atrae lo nuevo, lo fácil lo oscuro. . . “Eran años en los que a Barcelona se la conocía con el apodo de “Rosa de Fuego” (la rosa -símbolo socialista- y el fuego -de las bombas, incluso el teatro Pompeya del Paralelo sufrió un grave atentado- y pistolas), por donde transitaban libres anarquistas, muchos de ellos italianos, y pistoleros”
Será allí -le cuento a mi amigo – donde transitaban refugiados políticos, trinxeraires, modistillas, artistas, burgueses, buscavidas, espías… la Moños, un hombre llamado Flor de Otoño, el ilustrador Macario …la Bella Dorita, Violeta la Burra, La Maña…bailaores, vividores, flamencas, vedettes y aristócratas vestidos de calle.
Y teatros desde EL Molino y sus aspas a lo “Moulin Rouge” al Arnau, al Victoria, el Condal, music-halls, salas de fiestas, discotecas… Le conté lo que sabía de El Molino (después de informarme en su web:))
La historia de El Molino empieza en 1898, cuando el propietario de la tasca La Pajarera, un modesto barracón situado en la calle Vila Vilà esquina Rosal, harto de marineros borrachos y de albañiles escandalosos, vende su negocio por 100 pesetas. El nuevo propietario, un andaluz llegado a Barcelona para hacer fortuna, le cambia el nombre por el de La Pajarera Catalana y monta un pequeño tablao. Al cabo de tres años ya ofrece una programación musical estable, restaurante a la carta e incluso un servicio gratuito de coches para facilitar el trayecto desde las Ramblas al local. En 1901 La Pajarera Catalana había encontrado su sitio en el mundo del espectáculo del Paralelo.
http://elmolinobcn.com/language/es/el-molino-una-vida-de-leyenda-en-el-paral%E2%80%A2lel/
Pensé que paseando tenía bastante pero Vick dijo que quería vivir la noche auténtica. Aquí me asusté no fuera uno de esos depravados ociosos capaces de inventar una nueva posición para el Kamasutra. Y entonces, simplemente, ocurrió…
-¿Qué hay aquí? Bagdad capital de Irak. ¡Suena a exótico! -dijo. No podía conformarse con un teatro. No.
Me hablaba del Bagdad, que se anuncia como la sala porno núm. 1 de Europa. Le dije que ni pensarlo: que era lugar de sexo en directo, de malabares sexuales, de porno duro. Y que allí, leído en la publicidad, “Bagdad dispone de pequeños apartados donde las chicas realizan pases privados. Bailan y se contonean al son de la música. Que la cosa pase a mayores depende de los deseos del cliente y de la chica”.
En media hora arrancaba un espectáculo y me pidió que entráraramos. Yo le dije que tenía principios. Que igual que nunca había ido a un prostíbulo no iba a entrar en ese antro lleno de turistas anónimos y que le esperaba en la calle.
Se enfadó pero no al extremo de desintegrarme…
Y como al escribir esto casi me ahogo, respiro y les digo… pasado mañana más.
(continuará)
Foto cedida
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