CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (8)

CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (8)

  11. El Café de los Desencantados–¡Hueles a colonia de la buena, chaval! –gritó Ken al niño, desde las alturas–. Aquí abajo los sentidos se desarrollan: vemos mejor, oímos mejor y, aun habiendo perdido la nariz –que ni falta nos hace, excepto para llevar gafas–,...
CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (7)

CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (7)

10. La tienda de los horroresPor una u otra razón, los tres esqueletos y Pedro «con miedo» habían salido por patas del refugio para introducirse por un pasadizo oscuro como la boca del lobo. El abuelo tenía cogido a su nieto de la mano derecha y, levantándolo en el...
CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (6)

CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (6)

  9. Un cuento que no llega, y una abuela desaparecidaPedro había ido a buscar un cuento, no una abuela que ya no recordaba: murió cuando él era muy pequeño. Al ver a su abuelo se había puesto a gritar y a punto estuvo de perder el renombre de «sin miedo» por el...
CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (5)

CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (5)

  8. La pandilla calaveraPedro había recuperado la sonrisa. Tenía un abuelo a medias a su lado, y un grupo de sus amigos que parecían inofensivos. De vez en cuando se le acercaban, repitiendo los golpecitos en la espalda, mientras decían: «es avispado, el crío»,...
CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (4)

CUENTO DE VERANO: EL ABUELO CALAVERA Y YO (4)

  6. La vida de los muertos, una nueva teoría–¿Es que acaso cuando se va la luz en casa necesitas una vela o una cerilla para encontrar tu habitación? ¡Seguro que sabrías llegar a oscuras! ¿Es que acaso no te estudias cada noche la tabla de multiplicar para no...