Un escritor metido a profesor de instituto o lo que nadie le había contado ni él imaginado
Recordará el lector que el pasado año entré como profesor en un instituto de secundaria. De ello escribí tres o cuatro crónicas que encuentran con esta una curiosa pentalogia (de desastres). Hablamos de rebeldes sin causa o a causa de su adolescencia mal aprovechada…
El mundo ha cambiado a velocidad vertiginosa. Pero permanece inamovible como un iglú petrificado, bloqueado, congelado… el sistema educativo. Nuestros hijos, nuestros nietos viven en entornos muy distintos a los nuestros pero cuando acuden a la escuela parece como si no hubiera pasado el tiempo: hay una hora de entrada y salida (como los obreros de las fábricas) hay un/a profesor/a en el aula sentado junto a una pizarra (ahora también digital) hay un rato de patio, exámenes, evaluaciones y aprobados y suspensos. Y todo sigue igual.
Y nadie está haciendo nada para cambiarlo. Posiblemente porque los dirigentes no saben de creatividad que es la búsqueda de alternativas.
A lo que íbamos… al instituto de este año a hora y veinte minutos de mi casa. Elegí media jornada para tener las tardes libres y poder visitar otros institutos donde mis libros son recomendados.
Pero la media jornada, con menos asignaturas y la mitad de sueldo (inframileurista), se la pasan por el forro muchos institutos. No respetan tu necesidad de tiempo… sea para cuidar a tus hijos, sea porque tienes una empresa o porqué la educación no es tu único proyecto vital. Se llenan la boca de conciliación con la vida familiar y profesional pero después, abandonado el papel, no hay nada de eso. Así que los miércoles (mi horario es de 8 a 11, el más corto de la semana) tengo que inventarme y entretenerme en algo porque a las 15’30 hay reunión del profesorado (que podria hacerse online) o charlas sobre la felicidad (que nos hacen muy infelices) y ahora me cuentan que tengo, en enero, un curso para interinos de 30 horas por las tardes y presencial y que después tengo otro sobre digitalización… El departamente de Educación necesita sentirse activo y en vez de preocuparse de los alumnos se obsesiona con los docentes en la excusa de que tienen muchas vacaciones y cobran lo bastante bien (1900 mensuales aprox) para tenerlos bien amarrados.
Pero lo cierto es que los dos meses de vacaciones y el sueldo son insuficientes. Y quien piense lo contrario le agradecería que intentara permanecer en una aula durante solo un mes. A su término me dará la razón. Lo triste es que todos esos responsables faranduleros del departament d’Educació no han pisado en su vida un aula y se permiten, como padres bondadosos, dar consejos y advertencias no sea que los profesores les salgan vagos.
Llevaba una semana en este instituto de alta complejidad que alguien me lanzó una bola de papel a la cara. Me dolió mi dignidad y mi sentido común al saber que palabras como “autoridad”, “respeto”, “disciplina” nada importan a las nuevas generaciones de estudiantes a los que encierran seis horas diarias para enseñarles cosas que no les interesan. En vez de preocuparse de ayudarles a construir un futuro y a desarrollar sus talentos les exigen conoocimientos que jamás van a utilizar en su vida. No puedo abrir aquí un debate sobre las asignaturas necesarias o no y sí recalcar que nuestras escuelas no son creativas ni van a serlo hasta que colapse el sistema educativo.
(Hace solo una semana la directora del centro -reconozco que es una mujer inteligente y valiente- me pidió que fuera menos creativo en mis propuestas de lecturas…)
Segundo de Eso, Segundo infierno
Cuando entro en el aula de segundo de ESO D (13 años) tiemblo. Debería llegar un docente a formarles pero quien llega es un policia que va a castigar con puntos negativos a los alumnos que se porten mal y premiar con puntos positivos a los que se porten bien o a expulsar a los malos cuando el clima sea intolerable. Los chicos se levantan, se arrojan entre ellos estuches o bolígrafos, se cambian de lugar y se forman camarillas. Todo ello aunque el profesor esté en la pizarra escribiendo o narrando. Si te descuidas, salen del aula. Estás concentrado y te piden para ir al baño ( en el instituto anterior para consultar el móvil). Tengo repetidores desinteresados, gente con transtorno de déficit de la atención, con PI… adolescentes encerrados en el aula que ansían salir y recuperar sus móviles y sus pantallas porque viven permanentemente en el síndrome de abstención de móvil. Hoy, resulta imposible atender al profesor -hacer una sola cosa- cuando las redes sociales y las pantallas han fracturado su mente, dispersado su atención, fracturada su comprensión.. Y eso no lo tiene en cuenta el SISTEMA EDUCATIVO que pareciera que fuera dirigido por un grup de ciegos y de sordos.
No les gusta estudiar, menos memorizar o hacer deberes y el profesor es solo alguien al que desanimar o, literalmente, joder cuando suman veinte energías poderosas contra una: la del profesor. No les importa que tengas 61 años, que puedas sumar problemas de salud -atención, no es mi caso- , que seas mujer -debes gritar más- que quieras formarlos/educarlos… o que mejores las clases con imaginación… o que incluso los exámenes sean creativos y divertidos rompiendo el esquema de exámenes castradores.
Tú eres solo alguien a quien no quieren ver porque están donde no quieren estar, pero a quienes el sistema y sus padres obligan (padres que olvidaron su responsabilidad educativa declinando su obligación en el docente cuyas espaldas cargadas ya no pueden más).
El desprecio de muchos adolescentes, su altivez, su egoísmo, su chulería, su petulancia, el engreimiento de sus 13 años, de hombres y mujeres en formación llega a extremos inimaginables.
Este pasado viernes les regalé un libro de relatos a cada uno de los alumnos. El centro -que cuenta como la mayoría de centros públicos con una nefasta y olvidada biblioteca- quería prestarles libros antiguos y me ofrecí a comprárselos a bajo precio por ser una edición de hace ya algunos años. Entre los cuentos aparece uno de los míos: una comedia negra salvaje que sé que lo disfrutarían. Les regalo los libros y se los firmo con dedicatoria a cada uno. Y para tener un recuerdo de ese gesto les pido que voy a fotografiarlos y que, por derechos de imagen, se cubran sus rostros. Tomo la foto y en casa observo que cuatro de ellos con el libro ocultándoles su rostro -bajo el anonimato se cometen muchas fechorías y es la salvaguarda de los haters– me hacen la peineta (levantar el dedo corazón) y que otros dos ponen la mano cornuda.
La peineta se entiende como un desprecio vulgar hacia la otra persona y, muchas veces, como una provocación.
En todo instituto hay alumnos maravillosos -y yo los tengo- y manzanas rebeldes (y verdes) que acaban pudriendo a otras. En vez de separar a esa camarilla la Dirección ha hecho caso omiso al ruego de algunos docentes entre los que me incluyo y de algunos padres. Supongo que es por la misma razón de las manzanas pudriéndose…
Asi agradecen el gesto ( y el gasto) algunos rebeldes sin causa mostrándose en un ejercicio barato de rebeldía, de poder chulesco. Y descubro que hay malas personas en el aula y que será imposible domeñarlas ni educarlas porque algo en su cerebro los lleva a ser así. O que en su casa los protegieron entre algodón y colonia Nenuco demasiado tiempo o no supieron enfrentarse a ellos. O no los escucharon. O que esa adoles-cencia –los que adolecen de …. les está pasando factura que pagamos nosotros. Pero cuando pasan sucesos parecidos el docente se viene abajo y entra en depresión cuando siente que le habla a una pared, que su esfuerzo va a ser olvidado en pocos minutos y así día tras día…
Luego habrá muchos que pensarán que la depresión nos la inventamos para no ir a clase y seguir cobrando.
(Continuará con nuevos y apasionantes acontecimientos en mi ejercicio de escritor puesto a profesor por razones postpandémicas contando lo que pocos cuentan porque no se atreven)
GRACIAS POR COMPARTIR, DIFUNDIR Y DISCUTIR
estoy de acuerdo
que alumnos mas buenos qu etienes por que si tu eres mal profesor no es mi culpa.
QUE JETA TIENEN ALGUNOS ALUMNOS UNA FALTA DE RESPETO Y TOTALMENTE DE ACUERDO CON JORDI QUE POCA EDUCACION TIENEN ESOS GAMBERROS QUE SE DEDICAN A HACER GAMBERRADAS Y NO HACER CLASE.