Queridos padremadre:
Hoy decidí perderme,lo que no significa que sea un perdido, lo que no significa que sea un don nadie, lo que no significa que me falte un nombre, lo que no significa que no sepa quien soy, lo que no significa… ¡creo que me perdí!
Le robé uno de los libros a Jordi, el que llama “666 calaixos” y me gusta como empieza. Habla de perder y de gente perdida:
“Mi madre dice que el abuelo está perdiendo la memoria, que ya no sabe qué hace con las cosas. Si ya había perdido toda una guerra sesenta años atrás. No sé como puede perderse una guerra pero lo cierto es que fue lo primero que perdimos en la familia. Después un hermano del abuelo perdió la vida en un accidente. Y como pregunté si aún no la había encontrado me respondieron que “perder la vida” significa morirse. Pero, mira otro que pierde algo. Mi padre se pasa la vida perdiendo las llaves de casa asi que a menudo lo encontramos sentado en las escaleras esperando a que mi madre regrese del trabajo. Y mi madre me dice, a menudo, que voy a hacerle perder la salud, que significa ponerse enferma y que grite menos.. También mi hermano Aleix me dice que haga el favor de perderme un poco que significa que le deje en paz y no moleste. Pero a mi no me gusta que me diga que me pierda porque yo no quiero ser un perdido ni tampoco perderme. Porque si me pierdo llorarán y se tirarán de los pelos. Le estaría muy bien a Aleix perder algunos pelos/cabellos. Debemos ser una família muy perdida: que mi abuelo perdiera mi espada significa que yo he perdido el apetito, el sueño y mi madre añade que la sonrisa. Y él, la cabeza”.
Y yo decidí perderme en el laberinto de Horta, al norte de Barcelona y a donde se va en autobús porque en metro te perderías. Es un lugar precioso y tampoco tan conocido aunque allá hayan rodado diversas películas, entre ellas, la más famosa “El perfume” donde el perfumista destripa a algunas de sus víctimas para fabricar la mejor esencia del mundo.
El parque del Laberint d’Horta incluye el jardín más antiguo conservado en la ciudad. Nacido como un jardín neoclásico con un toque de fisonomía italiana, se acabó como jardín romántico. El parque ocupa los terrenos de una finca del marqués de Llupià, de Poal i d’Alfarràs, Antoni Deszanjas que encargó la obra al italiano Domenico Bagutti, quien trabajó en ella en el año1808. El jardinero francés Delvalet fue el responsable de las plantaciones. La familia Desvalls mantuvo la propiedad de la finca hasta los años setenta, cuando pasó a manos del Ayuntamiento. Se inauguró como parque público en 1971. En 1994 se hizo una restauración en profundidad, que transformó la concepción hacia la categoría de jardín-museo.
¿Jardín romántico o jardín neoclásico? Simetría, arte y jardinería, templetes con columnas toscanas, fuentes y manantiales, esculturas mitológicas, un pabellón neoclásico dedicado a las musas, y, por el otro lado, el sonido del agua en libertad en una cascada y un arroyo sobre un lecho de piedra, musgo y plantas silvestres, un jardín más selvático y sombrío, tapizados de hiedra y de la flor del amor, tejos, pinos, plataneros y tilos e incluso un falso cementerio. Son los elementos que marcan las diferentes etapas de crecimiento del parque, que nació neoclásico en 1791 y creció y se completó romántico en 1853.
Esto es lo que dice la guía turística del parque. Lo que yo digo es que un espacio perdido fuera del tiempo, fuera de la ciudad que parece un cuadro en movimento con templetes, Cupido, Ariadna y Danae y donde Renoir debía inspirarse para su desayuno con diamantes (perdón ese era Capote) en la hierba. Es un lugar romántico al que yo traería a mi marciana si la tuviera porque este parque inspira el amor y a perder los sentidos. He tomado diversas fotografías para cuando vuelva a mi planeta reconstruir un parque así y perdernos como muchachas en flor en los jardines del decameron. Lo sé, estoy poco gamberro, hoy, padremadre pero es que la belleza me inspira y me hace volar sin nave espacial. Ojalá un dia reverendos progenitores querráis tomaros una vacaciones conmigo en casa de Jordi en Barcelona, sin olvidar a nuestro perro-guía de seis patas y dos hocicos
Atención: allí no admiten perros pero al nuestro/nuestra le disfrazaremos de guardián del jardin de malas pugas como sos funcionarios que no tienen discurso y solo sirven para recordarte, ladrando, lo que no debes hacer.
Hay muchos y de la misma especie: en los jardines de la Diputación o en el parque de las Koplovitz en la calle Rossellon los funcionarios también ladran: y sin embargo a los adolescentes que fuman maria y la pierden en el parque no les dicen nada. Jordi un día encontró una bolsa de marihuana en ese parque -me cuenta- de la misma manera que la niña rusa de tres años encontraba la pasada noche en Ibiza una pastilla de éxtasis y cuando escribo ahora se debate entre la vida y la muerte. Los perros no fuman ni se drogan.Los funcionarios deberían saberlo
También le gustará a él/ella (nuestra mascota) perderse en el laberinto central donde el pequeño Cupido está ahí para rezarle si uno se pierde del todo, llega la noche y sigue buscando la salida. El laberinto de Horta es el lugar perfecto para besarse entre esos caminos geométricos perfectos. Son eses que van y vienen, caminos de sombra y de sol para perseguirse, esconderse, perderse y desaparecer y todo eso muchos días, gratis.
esta tarde me voy al pARQUE DE LA ESTACIÓN DEL NORTE que está en el sur de la ciudad a ver a PARQUING SHAKESPEARE que es una compañía de teatro que actua en un parquing, todos juntos y encima del coche y los pasajeros dentro. O eso creo. En todo caso es “Titus Andronicus” de Shakespeare. Para encontrarles hay que buscar al parking dentro del parque que está al sur pero que llaman del norte, cerca de la Ciudadela. Si ven a gente gritando y cortándose las venas o es gente que no encuentra aparcamiento o son los actores que no quieren perder la plaza. Yo les cuento. Corran que quedan pocos días.
Foto: cedidas: Locuraviajes
0 comentarios