Nunca imaginé, de pequeño, que un día lograra ser escritor. Me parecía un oficio grandioso, imposible, lejano, al alcance de los genios. Para mí escritores eran Charles Dickens, Shakespeare, Molière, Gustavo Adofo Bécquer y algunos más. Para un niño que correteaba por un pueblo, Montbrió del Camp, ser escritor era un sueño imposible; tanto que nunca soñé con serlo. Como digo siempre en mis charlas en escuelas e institutos mi primer sueño fue el de ser cantante: ahí logro la primera carcajada. Después añado que pensé en ser detective privado pero si nunca lograba encontrar las llaves de mi casa… ni imaginar encontrar a un asesino o a un tesoro, un fraude fiscal u oscuros secretos de família. Fui periodista porque me gustaba escribir y el gobierno de la imagen, aunque en mi infancia solo teníamos dos cadenas televisivas. Y fui publicitario porque se me pedía objetividad en la notícia y mi cabeza no podía contentarse con tan poco…
Fui publicitario antes que escritor. Y como ya he contado en repetidas ocasiones esa capacidad de generar ideas, esa velocidad de escritor, esa rapidez que tengo en escribir la gané en el mundo de la publicidad con clientes que querían una campaña para anteayer, con ideas que siempre se precisaban urgentes y con un profesor, José María Ricarte, cuyo magisterio me convirtió, como ya conté, en escritor. Yo tenía una pequeña agencia publicitaria en Reus, la capital del General Prim o de Mariano Fortuny, y ese primer año en la agencia, después de leer la historia interminable emergió con ímpetu irrefrenable la necesidad de escribir. Fue así quea lo largo de 1990 escribí un libro, la Rosa de Reus financiado con la publicidad de los comerciantes que apareció en diciembre.
Ese libro fue, entonces, un regalo de aguinaldo que las empresas ofrecieron a sus empleados y un libro que, a la vez, podía encontrarse en las librerías. Reviso el libro 30 años después y me satisface ver que el texto no envejeció y que mantiene aún la frescura del primer día. El libro apareció entre estas fechas del 27 y el 28 de diciembre. Con una imprenta rebasada de trabajos no fue posible obtenerlo hasta esa fecha justo a tiempo para su entrega a los comercios y empresas colaboradoras; muchas de las que aparecen en el libro dejaron de existir. Entre ese primer libro y Teatro Reunido (Arola) han pasado 30 años.
Me consta que algunos escritores primerizos o interesados en la literatura acuden a este blog donde llevo trabajando unas memorias desde casi hace un año.
Son a razón de un año por libro pero cuando echo la vista atrás puedo definir el tiempo de construcción de cada libro que, a quién puede interesar es el siguiente…
Los más longevos de cocción más lenta:
La Guerra de los Chicles, cuatro años desde 1994 a 1998
666 calaixos, cuatro años de 1999 a 2003
Boig per tu/Loca por ti: tres años des 2012 a 2015
Resto de libros: entre seis y ocho meses
Los más rápidos:
La única y verdadera leyenda del caballero contada por el dragón: 1 mes
Los más rápidos de una inspiración extraordinaria:
Libro de conjuros de la vieja Tarántula/ Nadie es un zombi. El abuelo calavera y yo / Vacances alla romana de la Senyoreta Strauss/ Ángeles, Demonios y calaveras: una semana
Quienes crean que soy un genio no conocen la teoría de los diez años o de las mil horas de la que ya hablé en mi canal Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=Y7SRPv9jfiw&t=10s
Cien mil libros vendidos en treinta años, diez premios literarios (algunos como el Barcanova de literatura juvenil y sus 20.000 euros bien dotados) setecientos fórums escolares realizados, todos en catalán gracias a las buenas labores de la editorial Barcanova y de la Institució de les Lletres Catalanes me otorgan cierta satisfacción y la incertidumbre de que si hubiera escrito en castellano, tal vez, podría añadir un 0 a ese número. ¿Por qué no lo hice? ¿Por amor a un país, Catalunya o a una lengua siempre en franco declive? ¿Por amor a los lectores de escuelas e institutos (también tienen lengua castellana así que no es justificación) ¿Porque era la lengua de mi padre (la de mi madre era el castellano) ¿Porque era la lengua en la que me eduqué? (hasta 1975 la muerte del dictador la lengua de enseñanza era en castellano) ¿Porque era bilingue y dominaba ambas lenguas? Hay un poco de todo y un poco de nada. Quizás porque me llamo Jordi y no Jorge, porque me llamo Folch (Folck es nombre de pluma) y no Pérez. Quizás porque mis sueños de escritor se quedaban en casa o porque el oficio de escritor me sigue pareciendo uno de los más hermosos del mundo, un mundo demasiado grande para llegar a él. Quizás por ese miedo me quedé en casa. ¿Quién sabe?
Tienen algunas traducciones para llegar a mí:
La Guerra de los Chicles, El manuscrito de las bestias, La única y verdadera leyenda del caballero contada por el dragón, Libro de conjuros de la Vieja Tranántula, Nadie es un zombi, LLamadas desde el cielo y dos novelas escritas en catsellano que se encuentran ahora en fase de concurso .
Me gustaría decirles “celebren mi aniversario leyéndome”: encontraran esas novelas en las librerías o incluso en Amazon. Pero si no lo desean, con que esten aqui dándome su soporte me sentiré feliz los próximos treinta años…
¡Gracias!
Más del autor en Canal Creatividad 3.5: https://www.youtube.com/watch?v=29PnhNaA_W4&t=90s
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