Una de las lecciones que resultan más difíciles de hacer comprender en mis cursos de escritura creativa es la que está relacionada con el TONO de una novela.Se diría que incluso molesta hablar del TONO pero cuando uno lo observa con detenimiento nada hay más fácil y nada mejor para definir la voz de la novela.
El Tono de una novela no es el tema del que trata. Tampoco, exactamente, el ESTILO, ni la voz del autor. Es como el vestido que se pone a las frases. No vestimos igual un festivo que un día de trabajo porque nuestras intenciones, nuestros objetivos, nuestros públicos son distintos.
En música, el tono es “la sensación auditiva o atributo psicológico de los sonidos que los caracteriza como más agudos o más graves, en función de la propiedad física llamada frecuencia”. O sea, las diferencias entre los sonidos: lo mismo puede aplcarse a la literatura. Y si me permiten la superficialidad de esta definición: saber cómo suena ese texto.
En la wiquipedia hablando de tono literario se puede ler: El tono puede ser formal, informal, íntimo, solemne, sombrío, activo, serio, irónico, condescendiente, popular, amoroso, de odio y todo aquello que tiene que ver con la actitud de la voz del narrador en la obra. Pero como sigo pensando que esclarece poco el asunto pongo un ejemplo notorio para descubrir ya qué es el tono de una novela.
De la novela Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa
La historia está basada en un hecho real —un «servicio de visitadoras» organizado por el Ejército peruano para desahogar las ansias sexuales de las guarniciones amazónicas—, que conocí de cerca en dos viajes a la Amazonía —en 1958 y 1962—, magnificado y distorsionado hasta convertirse en una farsa truculenta. Por increíble que parezca, pervertido como yo estaba por la teoría del compromiso en su versión sartreana, intenté al principio contar esta historia en serio. Descubrí que era imposible, que ella exigía la burla y la carcajada. Fue una experiencia liberadora, que me reveló —¡sólo entonces!— las posibilidades del juego y el humor en la literatura. A diferencia de mis libros anteriores, que me hicieron sudar tinta, escribí esta novela con facilidad, divirtiéndome mucho, y leyendo los capítulos a medida que los terminaba a José María Gutiérrez, y a Patricia Grieve y Fernando Tola, mis vecinos de la calle Osio
Cualquier texto puede ser escrito de formas muy diversas, contado…
1. A partir del gènero: comedia, drama, terror, ciencia ficción, infantil o juvenil, musical, policíaco, suspense… Cuaquier texto puede ser escrito en cualquiera de sus géneros.
Eso lo contó de maravillas el escritor y matemático Raymon Quenau, el autor de “Zazie en el metro” que en sus Ejercicios de estilo (1947), relata un mismo y trivial incidente de 99 maneras o “estilos” (tampoco exactamente géneros, sino maneras de) diferentes. Este es el punto de partida. Recomiendo la lectura del libro encarecidamente.
Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre. Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.
Les remito a un video que les permitirá comprender en mayor medida los famosos ejercicios. O como contar las misma historia de 100 maneras distintas…
2. A partir de las intenciones que busca el autor hacia el lector de hacerle sentirle, de emocionarle y cómo hacerlo.Las sensaciones que enhebra y las que despierta. Tono épico, lírico, trágico, histórico, realista, idealizado, intimista, cómico, mitológico, solemne, desenfadado, triste, sarcástico, melancólico, oscuro, sombrío .. Veamos ese fragmento de La Caida de la Casa Usher del gran Poe…
Durante todo un día de otoño, triste, oscuro, silencioso, cuando las nubes se cernían bajas y pesadas en el cielo, crucé solo, a caballo, una región singularmente lúgubre del país; y, al fin, al acercarse las sombras de la noche, me encontré a la vista de la melancólica Casa Usher. No sé cómo fue, pero a la primera mirada que eché al edificio invadió mi espíritu un sentimiento de insoportable tristeza. Digo insoportable porque no lo atemperaba ninguno de esos sentimientos semiagradables, por ser poéticos, con los cuales recibe el espíritu aun las más austeras imágenes naturales de lo desolado o lo terrible. Miré el escenario que tenía delante -la casa y el sencillo paisaje del dominio, las paredes desnudas, las ventanas como ojos vacíos, los ralos y siniestros juncos, y los escasos troncos de árboles agostados- con una fuerte depresión de ánimo únicamente comparable, como sensación terrena, al despertar del fumador de opio, la amarga caída en la existencia cotidiana, el horrible descorrerse del velo. Era una frialdad, un abatimiento, un malestar del corazón, una irremediable tristeza mental que ningún acicate de la imaginación podía desviar hacia forma alguna de lo sublime. ¿Qué era -me detuve a pensar-, qué era lo que así me desalentaba en la contemplación de la Casa Usher
Observe el lector las frases largas, desmadejadas, melancólicas, poéticas y tristes. Es una narración clásica que encaja en el género fantástico y de terror donde Poe quiere comunicarnos su intención de abatimiento, de desesperanza, de arañazos al alma, de desolación (lo que también Sherlock Holmes hizo con los páramos de El perro de Baskerville). Ahora imagine el mismo texto con frases cortas,breves, intensas. El objetivo será otro y no logrará arañarnos el alma,..
Por ejemplo reescribiendo:: Durante todo un día de otoño, triste, oscuro, silencioso, las nubes se cernían bajas y pesadas en el cielo. Crucé solo, a caballo, una región singularmente lúgubre del país. Al acercarse las sombras de la noche, me encontré a la vista de la melancólica Casa Usher. No sé cómo fue, pero a la primera mirada que eché al edificio invadió mi espíritu un sentimiento de insoportable tristeza. . Miré el escenario que tenía delante -la casa y el sencillo paisaje del dominio, las paredes desnudas, las ventanas como ojos vacíos…
¿Verdad que no es lo mismo? No funciona. No es creible con las emociones y la belleza que quiere transmitirnos. Eso nos permite introducir un tercer elemento.
3. EL RITMO de las frases, del texto del que hablamos en el siguiente post, para no cansarles.
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