2012 fue un año intenso en el que coinicidieron varias publicaciones, entre ellas Libro del Apocalipsis (Barcanova) y Vacaciones alla romana de la Señorita Strauss y sus amigos (en catalán). La primera era una continuación de La Leyenda del caballero contada por el dragón. Fue editado en tapa dura. Me dio alegría ver una enorme pila de libros en la FNAC pero duró poco. El libro fue, a la vez, convertido en libro de lectura (Libro de las Maravillas y Libro del Apocalipsis) junto a los cuadernos de verano de Barcanova ese año y los dos siguientes. Ese hecho hizo que la caída no fuera tan grave.
El que tuvo menos suerte fueron esas vacaciones de una perrita de lanas en la ciudad eterna. ¿Cómo nació el libro? Lo conté en el prólogo del mismo.
En un vuelo Málaga-Barcelona a finales de verano una muchacha de veintipocos, separados sólo por el pasillo, se abanicaba las piernas. O eso era lo que yo creía. También su madre desde el asiento delantero acercaba su abanico. Al poco me di cuenta de que en el suelo había una maleta de viaje de donde sacaba la cabecita un pequeño bulldog con cara de pocos amigos. La joven llamó a la azafata para informarla de que su perro tenía mucho calor y pedir si podían subir el aire acondicionado en el interior del avión. Ella respondió que lo consultaría con el comandante. Al ver que, al pasar el tiempo, la azafata no volvía y cuando ya el avión corría por la pista ella apretó dos veces, enojada, el timbre. Inmediatamente ella apareció, algo contrariarada.
-Mi perro lo está pasando muy mal. ¿Ha hablado con el comandante?
-Lo Siento pero dice que no es posible.
La azafata regresó a su asiento mientras el avión echaba a volar…
Nunca sabré si fue la chica, vestida de rosa y con falda de blondas quien masculló una queja o fue su bulldog.
En todo caso, en ese momento se me ocurrió que había que escribir una historia como ésta que el lector encontrará a continuación.
En el momento de escribir esta sátira perruna dirigida a un público infantil yo no convivía con una perra dálmata cómo es Mina, que ya lleva con nosotros cuatro años, pero no creo que las cosas hubieran sido distintas. A Mina la hemos educado con rigor, con disciplina y con mucho cariño pero cada uno sabe cuál es su papel: ella el de perro y el mío el de amo. Pero hay muchos seres humanos que quizás, escasos de compañía, o de cariño, o que ya están en una edad avanzada, para quienes la mascota se convierte no solo en un miembro más de la familia con plenos derechos, sino en alguien de quién quiere consentirse cualquier capricho. Siempre me asusto en la calle cuando escucho a una ama hablar de su perra como su hija o a otras personas hablando de qué tal persona era el padre o la madre de un chihuahua.
Hay una enorme locura relacionada con el mundo de las mascotas. A Jim Carrey, el celebre actor americano se le acusó de gastar miles de dólares en caprichos para su mascota. Y como él Paris Hilton, Mariah Carey, Wil Smith, Miley Circus …
Y ahí nació esa historia de un grupo de mascotas de la realeza europea que disfrutan de unas vacaciones en un hotel balneario en Roma con las máximas comodidades de manicura, pedicura, peluquería, baños de vapor, sauna y cuidados mil entre desfiles de moda, proyecciones de películas de animales, visitas turístico-culturales por el foro romano, por los bosques de Roma y por otras lares.
El conflicto empieza cuando a STRAUSS, una perrita de lanas vienesa, la secuestran. Ante la desgana y desconocimiento de la policía serán los mismos animales, un dálmata, un perro San Bernardo, un dogo y un gato ruso los que, entre el infinito mundo de los olores, descubran su paradero.
La obra goza de unas deliciosas ilustraciones de Cristina Picazo, pero se vendió mal. Arruinar siete meses de tu vida en un libro de que se venden solo 300 ejemplares resulta muy desagradable. Nunca puede echarse la culpa a nadie pero sí es cierto que ya manifesté mi desagrado con el diseño de la portada donde el nombre del autor aparecía en un lugar tan pequeño que al lector fiel le resultaría imposible descubrir en las librerías un nuevo título de su autor. Un mal diseño editorial puede, en efecto, hundir un libro. Este título se ha recomendado en algunas escuelas que cabrían en los dedos de una mano.
Hace escasos días en el programa de libros Página 2 en Televisión Española aparecía la ganadora del planeta Eva García Sáenz de Urturi diciendo que lo normal era “fracasar con los libros”. Y también me vienen a la memoria las palabras de Gabriel García Márquez con que ” es más fácil atrapar una liebre que a un lector”. En todo caso, tristemente, esta comedia disparatada protagonizado por animales fue mi última aventura en el mundo animal. Tenía intención de continuar esas vacaciones con otros personajes pero se truncaron con ese primer libro ; lo otro quedó en un sueño.
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