Esta noche llegó mi marciano vestido con tres camisas, dos pantalones, unos tejanos y unos de vestir, cinco gorras, una encima de la otra, zapatos en los bolsillos de cinco anoraks, dos cazadoras y un abrigo bajo las cuales, tres polos y dos jerseis de punto y una camiseta amarilla con la marca Chupa Chups (como lo mía, solo que a mí me costó el doble). Parecía el hombre de las nieves. Claro, entendí que quiso aprovechar las últimas rebajas en Barcelona. Y luego le escuché, escondido en su armario:
Padre madre, hoy estoy de últimas rebajas que consiste en ir a comprar al 50% o más. Todo lo que valía 10 ahora vale 5 y lo que no valía nada vale menos que nada. Se va de rebajas para cambiar el armario pero no el televisor o la nevera. Para hacer amigas. Les cuento.
A alguien le gustó mi piel que confundieron con un abrigo último modelo de No sé que Versace. Una tirando por ahí, otra por el otro lado, no sé lo que pasó pero bueno acabó siendo una experiencia sexual. La primera. Aquí le llaman a eso “hacer el amor” Fue muy placentero. Me gustó tanto que me gustaría repetir pero el problema de las rebajas de verano es que se acaban pronto. Y que para las próximas tengo que esperar a año nuevo y yo no sé si estará ya en este planeta o no. También aprendí que es un espectáculo deportivo de primera clase: para ver un combate de lucha libre, boxeo y windsurfing por encima de las mesas y gratis. Algunas consumidoras (¿con-sumo vendrá de la lucha japonesa o sumo?) se hacían, triunfales fotos en el photoshop que es una alfombra roja con un muro de marcas y logotipos para mostrarse en redes sociales. Qué gente más extraña: maltrechas y rotas aún sonreían…
A la últimas rebajas se entra con las manos vacías y la cartera llena y se sale con las manos llenas y la cartera vacía. Se compra lo que gusta lo que no gusta y lo que disgusta. Las rebajas son un asunto de mujeres, de hombres empujados por mujeres y de mujeres empujadas por mujeres y vuelve a empezar. Fashion victims!…
Pagué con dinero plástico o sea la tarjeta de mi amigo el escritor, el que está escuchando en mi armario. Él es así.
Empiezan las rebajas…en julio (lo anoto en mi diario) y terminan los primeros días del septiembre al 50, 60, 70%. Al final van a acabar regalando la ropa. Entonces si es así espero que sea conmigo dentro. Ya saben, eso a lo que llaman amor cuando quieren decir sexo.
Corto y cierro. O Corto de mangas que no sé qué significa pero que suena bien. Y corran, corran que se acaban
Fotografía propia (derechos reservados). Mercat de Sant Antoni de Barcelona
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