Desde el año 2017 en que arranqué con estos apuntes de literatura, creatividad y vida de escritor jamás había permanecido alejado del blog tanto tiempo. No fueron vacaciones, ni falta de temas. Fue cierto desánimo de que uno no puede albergarlo todo.
Ocurrió que estuve preparando un proyecto de podcasts para el departamento de cultura del gobierno de mi país: entrevistas a creadores. Se trata de ayudas de 300 euros por podcast de 20 minutos. Pero como uno es autónomo y no puede facturarse a sí mismo uno acaba haciendo el trabajo gratis para que cobren los demás. Una cosa rara. Muy rara.
Entonce uno se cansa de trabajar gratis. Uno se pregunta si realmente hay alguien aquí detrás del blog. Los comentarios sí me dicen que “adelante”… pero adelante ¿hacia adónde?… ¿a facturar? si uno aplicara la leyes y reglas del CEO esto no habría quien se lo tragara. Uno ya no sería escritor sino telegrama de palabras repetidas, palabras que nunca pueden repetrise en literatura por pobreza léxica. Lo que allí no tiene cabida aquí la necesita. Que raro todo eso de los algoritmos…
¿CE0? Veo, veo…
Y luego mi canal de video Canal Creatividad 3.5 en youtube que tampoco da dinero. Sí trabajo, sí aplausos pero de eso nadie vive aunque se agradece… Se lo cuento a los lectores de mis libros en la clases, ahora, virtuales. Y entre doscientas personas ni uno entró al canal (por aquello del contador y los suscriptores). Dejémoslos con sus teléfono móviles . Parece que no le interesa tener ideas, ni ser creativos, y menos genios…
Después Instagram al que hay que alimentar. Y Twitter y Linkedin y Facebook.
¿No me estaré volviendo loco? Y todo ¿para qué?
Y de repente todo dejó de tener importancia. Ese asomarse continuamente a las redes, dejar huella con contenido se me antojó ridículo porque la gente ahora habla de Rociito que se ha forrado con videos de maltratos (dicen) La estupidez al cuadrado. Como Belén Esteban. ¿Para cuando el libro? ¿Para qué? ¿De qué sirve todo eso? ¿Necesidad de dejar huella en la vida y que cien años después de muerto a uno le sigan leyendo por error, por incidente, por llegar a un laberinto infinito donde, anda, hay un artículo raro de alguien que escribía y encima, con prisas, como si fuera tarde, con errores tipogrñficos?
Pues en esa estamos. Con desapetencia. Con cierta indiferencia. Uno anda con inercia pero nada más. Déjenme que regrese al placer de escribir, quizás, para uno mismo, un acto masturbatorio que ya no sacia. Demasiado ruido y pocas nueces
Dejemos que suba el sol, que llegue el calor de mayo-junio y quizás mis neuronas como abejas pululando de flor en flor, necesiten salir a la calle y sentarse sobre el papel virtual del blog. ¿Quién sabe?
Nota final: Hoy me ofrecieron dar una charla en TED SITGES. pero me dijeron que no pagan. Pues eso. Que se lo coman.
En Onda Cero Catalunya donde empecé en septiembre del 2018 con una sección de teatro a la que ahora se añaden los libros… tampoco pagan a los colaboradores: aviso que lo dejo en julio 2021
ILUSTRACION DE AGUSTIN COMOTTO para Libro de Conjuros de la Vieja Tarántula editado por La Galera
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