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LOS ESTÚPIDOS DE EUROPA ( o el triunfo de Italia de Eurovisión)

By Jordi Folck
29/05/2021
EUROVISION 2021

 

Estuve a punto de titular este post LA AGONÍA DE EUROPA en referencia al magnífico ensayo de María Zambrano.
Publicado por primera vez en 1945, durante su exilio en Buenos Aires, “La agonía de Europa” es uno de los mejores exponentes de la filosofía de la crisis de María Zambrano y uno de los más decisivos “claros” en el camino de su pensar y uno de los escritos en los que la crítica cultural de Occidente aparece como temática central ( el libro está agotado).


Pero los genéricos resultan peligrosos y afirmar que toda Europa es estúpida me incluye, nos incluye. Muchos lectores gozarán, después de leerme, de su convencimiento de que soy el estúpido mayor del reino. Si pueden demostrarlo con fehacientes argumentaciones puedo darles la razón.


La cuestón gira en torno al triunfo de Italia en el pasado festival de Eurovisión. Soy un entusiasta de este festival que veo desde pequeño. En mis primeros recuerdos está el La la la de MASSIEL en el 68 y el Vivo cantando de Salomé en el 69 y el “Eres tú” de mocedades creo que en el 72. Que España siempre manda a sus peores representantes queda claro en los último años: como dijo alguien… quieren ahorrarse la carísima gala.  A mi España me preocupa poco desde que vetaron a Joan Manel Serrat que quería cantar en catalán en el 69.

La cosa es que este sábado me quedé patidifuso con la elección de Italia como ganadora por el voto del público cuando el ganador absoluto era Suiza y Francia. El cantante suizo, Gjon’s Tears, se daba por vencedor al obtener la mayoría del voto profesional. Pero entonces venía  el voto popular, el de la plebe, y ese fue para Italia, con una canción que nadie seria capaz de entonar ni repetir: esa canción es fealdad absoluta en comparación a la belleza, a la armonia de Voilà de la representante francesa, Bárbara Pravi lo el universo suizo casi metafísico. Uno creía, erróneamente que la canción vencedora debía ser el resultado y la suma de la  belleza musical, buena interpretación, buena actuación (que son distintas) un ritmo pegadizo o una melodia memorable que se pueda cantar en toda Europa como “la mejor canción” con aspiraciones de himno épico (Abba) o cadencioso (Sobral). Y ese título le pertencía a Suiza, a Francia, a Malta y  a alguno más. 

Pero llegó la plebe y votó por la mierda. Me estoy haciendo viejo, aviso, cuando añado: y por un grupo de rockeros descamisados con el gesto permanentemente enfadado, asqueado, de perdonavidas como si ellos estuvieran de “paso” por ese festival que les debe resultar tan mierda como ellos a mí. Solo hay que ver la cara degenerada del guitarrista sacando la lengua y haciendo gestos de hastío como quien dice “os estoy haciendo un favor de estar aquí, jamelgos”. Y es que el rock and roll es, para mí, otra cosa: la clase, la elegencia de Elvis Presley, de otro Elvis Costello, de Police, de Queen y de tantos otros o  incluso de Sau (si quitamos la cara de Pep Sala). 

Partía de favorito y me doy de bruces con la realidad cuando una canción así, Zitti e Buoni de Maneskin puede ir de favorita. Y luego se cumplen los pronósticos y desbancan a las mejores canciones. ¿Por qué votó la gente a Italia? ¿Fue un voto “a la contra” para llamar la atención, como ejercicio de rebeldía? ¿Creen sus votantes que es la mejor canción del festival? Y si es asi, ¿qué comen, qué beben, qué se meten para creerlo?  Los críticos musicales admiten ese voto a la contra por el auge de lo gótico  post-pandemia, porque fue una actuación menos impostada y más directa que el resto y porque el grupo pasota  no “parece prefabricado” (palabra de David Broc, crítico musical) y un líder carismático  (Alfred Buscarons, Rac105). ¡Uf!

Pienso  que la cosa consiste en joder. Que el voto es, ante todo, joven. Consiste en protestar, en llevar la contraria, en fastidiar a los padres, a los adultos razonables,  en argumentar “con mi voto hago lo que quiero” en una forma de identificación cuando pocos les hacen caso. en protestar contra un destino incierto, contra la esperanza de un mañana mejor, contra las instituciones, el stablishment. Un televoto  es secreto y se hace a través del teléfono esgrimiendo con placer el terminal fálico lanzando a borbotones el odio de un presente heredado. Solo ahi puedo entender ese vómito que dió a Italia su victoria y arrebatarle a Francia o a Suiza o a Malta, intérpretes de rostros descompuestos, su victoria legítima.  La estupidez genera banalidad y la banalidad despierta el mal (por omisión o por voluntad).

Vienen  tiempos duros. Es solo una advertencia. Una hediondez más.

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2 Comentarios

  1. Segismundo

    Que ganase Italia no hace otra cosa que demostrar que la gente está harta de baladitas insulsas. Hay otra música y Maneskin es fresco, atrevido, rock con todas sus letras.
    Llamar estúpidos a la gente que los votó no hace más que dejar en evidencia que el estúpido es la persona que ha escrito este “artículo”. Existen muchos estilos musicales, y rock más allá de Elvis o Queen. Es lo que pasa cuando se escuchan los 40 principales, que el “gusto” musical es casi prefabricado.
    ¿Victoria legítima de Suiza o Francia? Francia, que no hizo otra cosa que mandar a una sucedánea de Zaz (buscala en Google, seguro que no sabes ni quien es). Suiza, enviando una canción que es totalmente olvidable, que de haber ganado no se volvería a escuchar en ningún sitio.
    Los tiempos cambian, menos mal que han incluido el voto del público para reflejar la realidad.
    ¿Se acabó la dictadura de los votos teledirigidos y amiguismos entre paises?

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    • Jordi Folck

      Hola

      Cesare Pavese escribió que “la literatura ha de constituir una defensa contra las ofensas de la vida. Y eso hago. Defenderme de la vulgaridad. Tienes derecho a expresar tu opinión desde el respeto. Supongo que eres joven porque nadie mayor de 40 años ha debatido mi opinión que es, solo eso, una opinión. Barbara es la reencarnacion de Edith Piaf. No necesito otros referentes que dices desconozco. Cada uno tiene sus parcelas de conocimiento. Si en treinta años o menos me relees quizás entoncs me darás la razón.Esa canción ya ha desaparecido en la nada. Nadie puede criticar a nadie hasta que viva sus mismas circunstancias y desde su misma altura y experiencia. Saludos

      Responder

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